Por CRN
Santo Domingo, RD.- Cuando una mujer es asesinada por su pareja o expareja, el dolor trasciende a las cifras y titulares. Detrás de cada feminicidio hay familias rotas, madres, padres, hermanos devastados… y niños que quedan en la orfandad, sumidos en un vacío profundo y una realidad llena de incertidumbre.
En República Dominicana, el feminicidio continúa siendo una de las principales manifestaciones de violencia de género. Pero más allá de la urgencia por frenar estos crímenes, es necesario preguntarnos: ¿Qué pasa con los hijos de estas mujeres? ¿Quién se hace responsable de su bienestar físico, emocional y económico?
La respuesta del Estado ha sido, en muchos casos, tímida e insuficiente. Aunque existen instituciones como el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI) y el Ministerio de la Mujer, aún no se percibe una política robusta, integral y sostenida que garantice la protección de estos menores.
Peor aún, las fiscalías de la República Dominicana ignoran las cifras reales de niños huérfanos por feminicidios. Esta falta de estadísticas claras representa una debilidad preocupante del sistema judicial, ya que sin datos no hay políticas efectivas. Es una realidad invisible que afecta a una población sumamente vulnerable. Mientras tanto, iniciamos el segundo trimestre del año con más de 14 casos de feminicidios confirmados, una cifra alarmante que debería generar acciones contundentes, no indiferencia.
Los niños huérfanos por feminicidios suelen quedar al cuidado de abuelos o familiares, muchos de ellos también afectados emocionalmente y sin recursos para asumir esta nueva carga. En otros casos, son enviados a hogares de paso, donde la atención puede ser limitada y el trauma queda sin tratar.
Testimonio que duele
“Mi hija fue asesinada por su pareja hace tres años. Desde entonces crío a mis dos nietos. Uno de ellos tenía apenas 3 años. He tenido que dejar mi trabajo para poder cuidarlos, pero no recibo ninguna ayuda del gobierno. Lo único que pido es que no los dejen solos como nos dejaron a nosotros”.
– Doña Clara, abuela de dos niños huérfanos por feminicidio
Desde CRN alzamos la voz por estos niños y niñas que se convierten en víctimas colaterales de la violencia machista. Urge que el gobierno central implemente políticas de protección reales: acompañamiento psicológico especializado, apoyo económico, educación garantizada y seguimiento legal. No es suficiente con condenar los crímenes, hay que atender a quienes sobreviven a ellos.
Estos niños no pueden convertirse en una cifra más ni en una nota de pie de página en el drama del feminicidio. Son seres humanos marcados por una violencia que no eligieron, y que merecen todo el respaldo de una sociedad justa y consciente.
Porque si no los protegemos hoy, mañana estaremos fallando como nación.
Por CRN
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